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Influencias, daños y tratamientos
de las humedades en la edificación

(Capítulo 2.1.2)

El capítulo en cuestión es el siguiente:

 

2.1.2

Eliminación de la humedad mediante arquetas de drenaje

El nivel freático se puede hacer descender en las zonas del muro colocando arquetas de drenaje a lo largo del muro, como se indica en la figura 7. Se aumenta su eficacia colocando tuberías de drenaje. De esta forma el agua existente en el terreno se envía al alcantarillado, y al absorber menos agua el muro desciende la humedad.

Es importante que la profundidad del suelo de las arquetas quede comprendida entre la base de la cimentación y unos 15 cm más abajo, pues en caso de quedar más profunda, al retirarse el agua de las tierras en su lugar quedarían poros de aire y se pueden producir descensos.

Las arquetas de drenaje se sitúan junto a los muros a una distancia entre ellas de 4 a 5 m, lo cual depende de la permeabilidad de las tierras. Consiste en ejecutar sus paredes con ladrillos perforados rodeados de grava para que penetre el agua existente en el terreno en las arquetas y la envíe al alcantarillado.

Los tubos de drenaje están perforados en su zona superior, sobre ellos se coloca una lámina geotextil para impedir la entrada de finos y que se obstruyan. Sobre esta lámina se coloca grava para facilitar la entrada del agua en los tubos (figura 8).

Figura 7

 

Figura 8

Una vez colocadas las arquetas se puede comprobar su eficacia observando como corre el agua en la primera y como en poco tiempo desciende la humedad en los muros.

Cuando las arquetas de drenaje quedan muy profundas y existe posibilidad de que se puedan obstruir éstas o los tubos, es conveniente ejecutarlas de forma que sean registrables. Las dimensiones de éstas arquetas deben permitir la entrada en el interior de personas para facilitar su limpieza cuando sea necesario, por lo que se deben situar escalerillas, llamadas pates, para su acceso.

Se reduce la posibilidad de obstrucción por árido fino en el interior de los tubos ejecutando un pocete, llamado arenero, en la zona inferior de las arquetas de drenaje, donde se depositarán los sedimentos, lo cual facilitará su limpieza (figura 9).

Los drenajes inadecuados terminan obstruyéndose y dejando de funcionar correctamente, siendo importante dejar registros de inspección.

Figura 9

Es importante que sean muy lisas las paredes interiores de los tubos de drenaje para que se depositen menos sedimentos en ellos, y a ser posible con pendiente no inferior al 2 %.

El diámetro depende del caudal de agua a recoger, siendo aconsejable que sea como mínimo de 15 cm, con el fin de reducir problemas de obstrucción, y que vayan cubiertos con malla filtrante para evitar la penetración de las tierras.

El agua existente bajo el nivel freático que satura el terreno ejerce una presión que eleva el nivel de la humedad de capilaridad. Cuando desciende el nivel freático mediante colocación de arquetas de drenaje, se reduce la presión hidrostática y desciende la franja de la humedad de capilaridad.

Una vez retirada el agua de los muros, es probable la aparición de manchas de eflorescencias en las paredes, que no es conveniente eliminarlas hasta que el muro esté completamente seco.

En los campos de futbol se colocan tuberías de drenaje bajo el césped para evitar que se inunden o encharquen en caso de lluvia. También se colocan bajo las pistas de tenis descubiertas y otras instalaciones deportivas para cuya utilización sean necesarias.

En la figura 10 se representa la planta y sección de un campo de futbol con la forma usual de colocar los tubos de drenaje.

Figura 10

Cuando existen bolsas de aguas colgadas y se conocen los estratos del terreno mediante ensayo geotécnico y se desea eliminarlas, en el lugar de las arquetas de drenaje, se puede optar por colocar tubos verticales perforados de drenaje, llamados “pozos filtrantes”, que atraviesan la capa impermeable del terreno y envían el agua a un estrato inferior permeable.

En la figura 11 se representa un sótano donde se está produciendo un empuje hidrostático en la solera, también conocido como subpresión, y una entrada de agua motivada por la existencia de una bolsa de agua, ya que la cimentación se ejecutó en época de sequía. Como posible solución se han colocado pozos filtrantes para eliminar la bolsa de agua colgada, y dirigir el agua a un estrato más profundo, por ello su empleo en edificaciones requiere mucha prudencia.

 

Figura 11

Este sistema aunque suele ser más económico y ocasiona menos deterioro que las arquetas de drenaje, tiene el inconveniente de que al retirarse el agua existente bajo la cimentación queda en su lugar poros de aire y se pueden producir asientos.

Antes de aplicar una solución para cualquier tipo de humedad es fundamental conocer su procedencia. La de capilaridad procedente del terreno se puede determinar mediante ensayos geotécnicos. También se obtiene una orientación mediante catas, que en caso de no encontrar las tierras muy húmedas se debe llegar como mínimo hasta la profundidad de la base de la cimentación.

Los muros muy húmedos, situados en el interior de las edificaciones, producen una entrada de agua evaporada que eleva la humedad relativa del espacio, pudiendo crear problemas de salubridad, estética y hacerla incómoda para su habitabilidad.

 


Además de éste, también están disponibles los siguientes capítulos:

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Última actualización: 15 Mayo 2004
© 2001 Francisco Javier Muñoz Calle